La hernia discal es un problema de espalda bastante común que suele provocar dolores muy intensos, llegando a alterar la calidad de vida de quien la sufre. Además, a la hora de hacer frente a las molestias que provoca, no hay unanimidad en los tratamientos ya que los médicos no parecen tener un criterio unificado al respecto.
Como fisioterapeuta, intentaré despejar tus dudas acerca de este problema y te contaré cómo trato yo a los paciente que sufren esta patología. Antes de profundizar en el tema, lo mejor es despejar las dudas más básicas y por ello, hay que diferenciar entre lumbalgia, ciática y hernia discal o hernia de disco.
La lumbalgia, es un término genérico que define un dolor en la zona lumbar. Por otro lado, la ciática, es una dolencia de tipo nervioso provocado por el nervio ciático, que puede incluir latigazos, hormigueo, quemazón y/o debilidad.
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¿Qué es una Hernia Discal?
La hernia de disco es una lesión del disco intervertebral. El disco, tiene una función indispensable que te explicaré en el próximo apartado de anatomía, pero te adelanto que se encuentra separando las vértebras y está constituido de dos partes.
En una hernia, la zona más central del disco, denominada núcleo pulposo, se desplaza hacia la periferia y presiona alguna raíz nerviosa que desciende por el canal vertebral (por ejemplo, el ciático). La hernia discal, en función de dónde aparezca, puede ser de tipo cervical o lumbar, que es la más habitual.
En el caso de la hernia discal lumbar, aunque puede producir dolor en la misma zona lumbar, generalmente es de tipo difuso, no se encuentra un punto de dolor concreto, y suele ir acompañado de un dolor nervioso muy característico.
Muchos pacientes lo definen como una corriente eléctrica que va del glúteo hacia el pie. Ese tramo es justamente el recorrido del nervio ciático, que al ser comprimido por la hernia en el canal vertebral, genera esos síntomas.
¿Para qué sirven los discos vertebrales?
Para que las 24 vértebras que forman nuestra columna no choquen entre ellas, están unidas por diferentes elementos que les dan cohesión y movilidad. La función de los discos intervertebrales es de actuar como un cojín que evita la fricción entre las vértebras, distribuye las presiones y el peso corporal, permitiendo así el movimiento de la columna.
Anatómicamente el disco está formado por dos partes. Una central gelatinosa compuesto en un 88% por agua, llamada núcleo pulposo, y una periférica, llamada anillo fibroso mucho más resistente. Ambas tienen funciones diferentes, pero en conjunto, el disco intervertebral funciona como un resorte de amortiguación, capaz de comprimirse cuando hay peso sobre la columna vertebral y recuperar su forma una vez la presión desaparece (descanso).
Es fundamental que el disco intervertebral esté en buen estado para amortiguar y gestionar de forma correcta estas presiones. Por ejemplo, al estar de pie, al llevar una mochila o levantar un objeto. La hernia de disco se produce cuando el disco se lesiona y el anillo fibroso se fisura, permitiendo la salida del núcleo pulposo. Al no encontrar resistencia, el núcleo penetra en el anillo fibroso, llegando a presionar las raíces nerviosas del canal medular.
Síntomas de una hernia discal ¿Tengo una hernia?
Si sufres de dolor en la espalda baja (también llamado lumbalgia) no te alarmes. En muchos casos no tiene relación directa con la presencia de una hernia de disco.
Por otra parte, si sufres los típicos latigazos propios del nervio ciático, podría ser una hernia o no. Podría deberse a una inflamación visceral o estar causados por otras dolencias como el síndrome del músculo piramidal. El síndrome del piriforme o piramidal, es muy típico en corredores y deportistas que debido a su actividad generan mucha carga en la zona glútea a nivel muscular. Esa tensión, pinza el nervio ciático y produce dolor.
Igualmente, el dolor es un aviso se que algo no va bien y la ciática es uno de los síntomas típicos de la hernia de disco. ¿Cómo detectar una hernia discal? Hay pacientes que me dicen:“ ¿tengo una hernia discal si se me duerme la pierna?”. Para salir de dudas y poder determinarlo con exactitud, hay que realizar una Resonancia Magnética (IRM). Las radiografías convencionales son insuficientes para diagnosticar una hernia de disco, aunque podemos visualizar si el espacio entre vértebras es el adecuado o existe alguna degeneración.
En este caso, el espacio se verá reducido.
Ahora ya sabes cuales son los síntomas de una hernia de disco y que tu molestia puede estar causada por diferentes motivos. Como siempre, lo más importante es encontrar la causa. ¡No dejes de buscarla! ¡Ojo, tampoco te alarmes! Puedes ser diagnosticado de hernia discal asintomática y no sufrir ningún dolor. Es sorprendente, pero mucha gente hace vida normal teniendo una hernia de disco. De hecho, algunos no saben ni que la tienen.
Causas de la hernia discal
Es cierto que, con los años, el disco intervertebral modifica un poco sus propiedades y disminuye el grosor a causa de la deshidratación, pero la hernia o protusión discal no es un problema que se relacione con la vejez. Puede aparecer en gente menor de 30 y hasta los 55 aprox. Está más ligado a las actividades de la vida diaria, a la mala postura y a los hábitos.
Los principales factores de riesgo son:
Trabajos físicos demandantes. Trabajos de carga y levantamiento de peso repetitivo. De ahí la importancia de interiorizar técnicas de ergonomía relacionadas con tu profesión. Si te sientes identificado con este caso, tienes que tener mucho cuidado al levantar el peso y trabajar la conciencia corporal. Piensa que lo que te lesiona no es es levantar peso, sino una mala ejecución del movimiento.
Falta de higiene postural diaria (malas posturas)
Nuestra columna tiene una serie de curvas fisiológicas (lordosis y cifosis) que tienen un propósito mecánico indispensable. Permiten repartir las fuerzas de tensión y también el peso de nuestro propio cuerpo desde la columna, pasando por la pelvis y hasta las piernas.
Nos ayudan a realizar un trabajo físico eficiente. Al mantener de manera constante posturas inadecuadas o anti fisiológicas, alteramos las curvas y con ello el reparto de tensión. Las cargas ya no se transmiten como deben, pero tenemos un cuerpo inteligente que prioriza la funcionalidad y que por lo tanto, debe seguir moviéndose a toda costa.
¿Cómo lo hace? A través de la compensación. Al cambiar nuestra postura, hay segmentos de la columna que están hechos para moverse, pero ya no se mueven (hipomovilidad) y otros segmentos, que no deberían moverse tanto, se ven obligados a moverse compensando así a los que no se mueven correctamente, y lo hacen moviéndose en exceso (hipermovilidad).
Practicar ejercicios de musculación o halterofilia con una mala ejecución y sin la orientación adecuada de un profesional. Es peligroso porque es una practica habitual, de gran intensidad y en la que se mueve mucho peso.
El embarazo o el sobrepeso pueden favorecer también la aparición de hernias pues comportan un cambio del centro de gravedad del cuerpo y una carga de un peso extra para la columna.
Traumatismos o caídas. Este caso es muy relevante en accidentes de tráfico y lo que más afectado queda es la zona cervical, como resultado del famoso ¨latigazo cervical¨. En resumen, con una mala postura provocamos desequilibrios. No son gratuitos y suelen acabar generando compensaciones que pueden derivar en lesiones graves como como las hernias de disco. Como siempre, es mejor prevenir es curar.
Hernia discal ¿Por qué duele?
La hernia en sí misma, no duele. Si no está presionando ninguna raíz nerviosa, puedes tener una hernia y llevar una vida normal. De hecho, no siempre presenta síntomas. Ahora bien, en caso de que sufrir molestias, la intensidad y la zona de dolor variará en función de la zona afectada por hernia y del grado de compresión que el disco haga sobre la raíz nerviosa (radiculopatía).
Los síntomas más comunes que producen las hernias discales son dolor en la zona lumbar o glúteo, ciática, hormigueos en las piernas, la pérdida de sensibilidad y debilidad.
Generalmente la lesión aparece por repetición y de forma progresiva. Por este motivo, los pacientes no recuerdan un hecho concreto que lo haya provocado (salvo en caso de traumatismos). Puede doler de manera repentina, incluso en reposo o durmiendo. A diferencia de las lumbalgias, no se alivia con el movimiento: salir a correr, andar, movilizar la zona.
¿Cómo aliviar el dolor de una hernia discal?
En la primera fase del dolor (aguda) se recomienda que el paciente descanse y cese sus actividades que de forma directa, le provoquen más dolor. Por ejemplo, un corredor puede sentir más dolor después de correr debido a los impactos que produce el movimiento a los discos.
En esta primera fase los pacientes que sufren de dolor intenso suelen recurrir a los analgésicos para hernia de disco, que son simples medicamentos antiinflamatorios. En una segunda fase las molestias serán menores. El dolor lumbar por hernia discal se puede aliviar de muchas maneras, y recomiendo empezar por la menos agresiva. Todas las opciones ayudan a acelerar la recuperación y evitar su aparición.
- Analizar su día a día y eliminar los movimientos lesivos
- Corregir sus posturas al sentarse, levantarse de una silla, coger peso…
- Visitar un profesional fisioterapeuta o osteopatía
- Visitar un profesional especialista en reeducación postural
- Pérdida de peso (en caso de ser necesario)
- Ejercicio de bajo impacto (andar o bici estática vertical)
- Ganar flexibilidad en la cadera y la espalda (estiramientos y mobilidad)
- Mejorar el tono de la zona lumbar evitando comprimir más el disco
- Terapia con aplicación de calor o frío
- Uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroides
- Inyección epidural con cortisona (fase aguda)
Ahora que ya sabes como es el dolor de una hernia, está en tu mano mejorar tu condición física. Hay partes donde la fisioterapia te puede ayudar, pero en muchas otras (actividad física, pérdida de peso, corrección de posturas) eres tu y tu fuerza de voluntad quien debe hacer los deberes.
Los medicamentos para aliviar el dolor de hernia discal se reservan para la fase aguda, y no recomiendo usarlos de forma recurrente. La medicación no es la solución a medio y largo plazo.
Hernia en L5-S1 y L4-L5, las más habituales
Debido a la curvatura natural de nuestra columna, la zona más propensa a sufrir hernias de disco es el segmento que va desde el final de la zona lumbar hasta el sacro. La hernia de disco L5 S1 y L4 L5 son, de largo, las más habituales entre los pacientes. La mayoría de ellos suele tener una mala higiene postural, sumado a poca movilidad en la zona afectada. Pero… ¿Cómo es el dolor de la hernia de disco en función de la zona?
Hernia de disco en L3-L4 o segmentos más altos
Provoca dolor lumbar que se irradia hasta la cara anterior del muslo y por el cuádriceps, hasta la rodilla. El resto de síntomas son variados. Es característica la debilidad del pie, la pérdida de sensibilidad en el interior del muslo y descendiendo hasta el arco del pie.
Hernia de disco en L4-L5:
Suele producir dolor lumbar de tipo difuso, con irradiación por el exterior de la pierna hasta el exterior del pie. Y al igual que en el caso anterior también produce una disminución de la sensibilidad en esa misma zona, así como la dificultad para realizar movimientos de tobillo y dedos del pie.
Hernia de disco en L5-S1
La hernia L5 S1 presenta unos síntomas muy parecidos a la del segmento superior. Provoca el llamado “dolor del ciático”. Un dolor que nace en la zona lumbar y en la cadera, y desciende por el exterior del muslo hasta el talón. Puede presentar debilidad para extensión de la cadera y a la flexión de los dedos, hasta el punto de no poder levantar los dedos de los pies. También puede aparecer entumecimiento hasta la cara posterior del miembro inferior.
Hernia cervical: síntomas y tipos
Las hernias cervicales son menos frecuentes que las lumbares y suelen aparecer como consecuencia de un accidente o traumatismo. La más frecuente es la hernia en la región de la vértebra C6 que causa dolor, debilidad y sensibilidad a nivel local cervical, pero sus síntomas se extienden hacia desde el hombro y hasta la mano por toda la extremidad (antebrazo y dedos pulgar e índice). La hernia a nivel C7: Tiene síntomas parecidos a C6 ya que puede causar dolor en cuello, hombro, dedo medio y mano.
La debilidad es más posterior y afecta principalmente al tríceps. Y la sensibilidad se irradia hacia la porción media de la mano. La hernia de C5: También con síntomas similares a los niveles de afectación anteriores, aunque presenta más sintomatología en la zona de la axila.
¿Se puede curar una hernia discal?
Sí, las hernias fiscales se curan. El pronóstico de la lesión varía en función de cada caso y hoy en día, salvo en casos muy concretos, la cirugía es la última opción. Pasar por el quirófano debería ser una opción sólo cuando todos los demás tratamientos no han funcionado.
La fisioterapia, combinada con una corrección de la postura y ejercicio regular pueden curar a un gran porcentaje de la población que sufre de hernia de disco. Los pacientes hacen vida normal y dejan de sufrir dolor.
Es muy importante que tengas un diagnóstico fiable mediante Resonancia Magnética y que conozcas la causa que ha provocado la aparición de la hernia. A partir de ese momento, no te pongas nervioso y actúa. Gran parte de la recuperación estará en tus manos.
Probablemente tendrás que cambiar de hábitos y volver a aprender a realizar ciertos movimientos de la manera correcta. Tendrás que ser consciente de tu postura al sentarte, al cargar peso o a la hora de ejercitarte en el gimnasio.
En un primer momento, debido a que generalmente el dolor es muy agudo, intenso y paralizador, es posible que tengas que acudir a urgencias. Allí te aplicarán una inyección con antinflamatorios y te mandarán en cama para que guardes reposo durante unos días.
Tratamiento para hernia discal
En el tratamiento conservador (no quirúrgico), se recomienda reposo después de una crisis de dolor intenso y fisioterapia. El profesional que te trate optará por una serie de técnicas diferentes en función de tus síntomas y cual haya sido la causa. Te hará un plan de tratamiento teniendo en consideración a qué te dedicas y de cuales son tus actividades del día a día.
Técnicas como la descompresión del disco afectado, la reeducación postural, ejercicios, estiramientos y un trabajo de adaptación a las actividades de la vida diaria, alivian los síntomas en más del 90% de los pacientes con hernia de disco.
La mayoría de los pacientes se recupera y puede incorporarse a sus actividades habituales en unas pocas semanas. La baja laboral por hernia discal está contemplada ya que en la fase aguda hay que guardar reposo.
Hernia discal y Pilates
El Pilates es una opción fantástica para los problemas de espalda, tanto para la prevención como tratamiento. Y, sí, es beneficioso para el tratamiento de la hernia de disco. Para practicar esta actividad con una hernia, siempre es recomendable acudir a un fisioterapeuta especializado y solicitar sesiones individuales. Los ejercicios que el terapeuta seleccione, estarán adaptados a cada paciente, porque las causas de la hernia discal dependen de cada paciente.
Beneficios del Pilates en hernia discal:
- Aumentará tu conocimiento o conciencia corporal. Si tienes una hernia discal, necesitas aprender a moverte, a sentarte… no puedes postponerlo más.
- Aumentarás tu fuerza abdominal o del core. Lo que quiere decir, que por un lado ganarás estabilidad corporal, y por otro, liberarás la zona lumbar.
- Mejorará tu flexibilidad a nivel general.
- Tendrás una sensación de liberación de tensión.
- El dolor de la hernia discal puede desaparecer.
Estiramientos recomendados para hernia discal
Los estiramientos así como ciertos ejercicios son muy recomendables, pero siempre que algún profesional te lo recomiende específicamente para tu caso. Te lo explico con un ejemplo, si tienes una hernia discal provocada por cierta postura y eliges solamente estirar los músculos que te están favoreciendo dicha postura, no mejorarás.
Como he explicado anteriormente, en una fase aguda se recomienda guardar reposo. Aquí os dejo una serie de estiramientos recomendados en una fase de recuperación de hernia discal. https://www.youtube.com/watch?v=4fzODWI5iuE
Operación de hernia discal, la última opción
Actualmente, solo una minoría de pacientes con hernia discal necesitará pasar por el quirófano. Y es que este recurso no se aconseja a menos que el tratamiento conservador no haya resultado satisfactorio y el dolor y la incapacidad que sufre el paciente sean muy limitantes.
Una vez en el quirófano, el cirujano actuará en función del estado del disco y de la compresión que este produzca en la raíz nerviosa afectada. Podrá elegir entre extirpar la parte herniada del disco que produce presión sobre la raíz nerviosa, o extirpar el disco en su totalidad para reemplazarlo por un disco artificial.
En este enlace podéis encontrar evidencia científica de un estudio reciente que compara el tratamiento convencional de las hernias lumabres sin cirugía y el resultado de la cirugía. En resumen, a corto plazo la operación mejora el dolor más rapidamente, pero en medio y largo plazo no hay un cambio signiifcativo. De hecho, la terapia física activa (centrada en ejercicios de estabilización y fortalecimiento) ha mostrado resultados muy positivos en estudios a largo plazo.
Consejos para evitar el dolor de espalda
Quiero lanzar un mensaje tranquilizador y recordarte que en la mayoría de casos los dolores de espalda no están relacionados con ninguna enfermedad, se deben a malas posturas o gestos forzados y no conllevan una afectación de los discos intervertebrales, ni compresión nerviosa.
En caso de que te hayan diagnosticado una hernia discal, tampoco te tienes que alarmar porque en la mayoría de los casos se resuelve con fisioterapia. Pero, la recuperación dependerá en gran parte de ti, de tu esfuerzo y disciplina.
Evita las malas posturas en general, sobre todo aquellas que produzcan una flexión de tronco (inclinación hacia delante) con carga.
Ten cuidado en la carga de peso. No cargues peso de cualquier manera. El peso aumenta la tensión sobre tu espalda y aumenta la posibilidad de lesión. Para protegerte, flexiona tus rodillas y bloquea tu abdomen.
Siéntate lo mejor posible, siente el peso de tu cuerpo sobre los isquiones (huesos de debajo del glúteo)manteniendo el resto de la espalda recta y moviéndote con frecuencia en caso de que tengas que pasar muchas horas sentado. Practícalo.
Fortalece tu espalda y controla tu peso. Sal a pasear, que te hagan una buena rutina específica para contrarrestar tus molestias y combínalo con algún deporte, preferiblemente con Pilates y/o natación.
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Te animo a leer este caso de hernia discal rehabilitada.
Referencias bibliográficas
Slipped Disk: Overview – PuBMed Health Quiérete ∞ Cuídate
De todos los artículos relacionados este es lejos el mejor, felicitaciones,
Me alegra mucho que te haya gustado Ruth. Muchas gracias 😉
Muy bueno completo práctico y bien desarrollado me sirve gracias!
Muchas gracias, la información está muy completa, me ayudo mucho.
Hola llevo un mes operado de hernia fe disco L4L5 que estiremiento me recomiendas
Hola Juan,
No conozco tus limitaciones ni tu estado físico… Para este tipo de recomendaciones debes acudir a la consulta de un profesional
!Suerte!
Tengo hernia discal provocado por un accidente, ya me es muy complicado caminar, es recomendable la operación?? El traumatólogo me quiere operar ya pero la pienso, es L5 S1 el nervio Ciático me mata 😭
Hola Carol.
En tiendo tu frustración, pero no te puedo responder a esa pregunta a través de un email, sin conocer tu caso y sin valorarte personalmente en mi consulta.
Atentamente,
Ainhoa
Hola buenas noches, excelente artículo. De muchos que he leído, este ha sido el mejor. Felicitaciones.
Excelente artículo, me aclaro muchísimo el tema.Gracias!!
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explicacion muy clara y extensa….me aclaro muchas dudas y tranquilizo…felicidades y muchas gracias..