En castellano, «grounding» o «earthing» se traducen como «conexión a tierra». Cuando hacemos grounding establecemos un contacto físico directo con la superficie de la Tierra, lo que permite que nuestro cuerpo interactúe con su campo eléctrico. Y es tan sencillo de hacer como conectar físicamente el cuerpo con la Tierra. Andar descalzo en el hierba, tumbarse en la arena…
En Japón, se ha popularizado una práctica parecida, conocida como shinrin-yoku o «baño de bosque». Se trata de sumergirse en el ambiente del bosque, respirando aire fresco y disfrutando de los sonidos y aromas naturales, con el objetivo de reconectar con la naturaleza y obtener beneficios para la salud física y mental.
Estas prácticas sencillas que se están dando en todo el planeta ponen en evidencia la necesidad de reconexión con la naturaleza y el creciente interés por el bienestar integral del primer mundo. Después de la era Covid y del boom de la tecnología, las redes sociales y la presión social, son muy preocupantes los niveles de estrés y el alto porcentaje de problemas de salud mental que hay en la sociedad moderna.
¿Son prácticas que han venido para quedarse?
Eso parece. En un mundo cada vez más digital, el grounding ofrece una forma de reconectar con la naturaleza y reducir la exposición a la luz azul, a las pantallas y a los campos electromagnéticos. La búsqueda de métodos naturales y accesibles para mejorar el bienestar personal ha llevado a muchas personas a explorar prácticas de reconexión con la naturaleza y con ellos mismos.
¿Cómo practicar el grounding?
La idea central es que al conectarse físicamente con la Tierra. Ya sea caminando descalzo sobre el suelo, tumbándose en la arena, o incluso sumergiéndose en agua natural, se pueden obtener beneficios para la salud física y mental.
Existen productos específicos como esterillas y sábanas diseñados para ayudar a conectar el cuerpo con la tierra, que se pueden usar en casa. Estas esterillas están hechas de materiales conductores, como carbono o metal, que permiten la transferencia de electrones.
Es en definitiva muy recomendable planificar actividades al aire libre. Pasar tiempo en la naturaleza, ya sea en parques, playas o montañas. Aprovechar para escuchar los sonidos del entorno, y disfrutar de la calma también es una forma efectiva de practicar el grounding y shinrin-yoku.
Beneficios del grounding
La doctora Tara Swart, neurocientífica y autora del libro «The Source: Open Your Mind, Change Your Life», traducido al español como «La Fuente» , ha hablado sobre el «grounding» como rutina que ella misma practica y promueve en el contexto del bienestar mental y emocional. Ella enfatiza la importancia de conectar con el presente y la naturaleza para mejorar la salud mental, reducir el estrés y aumentar la claridad mental.
Ha habido un aumento en estudios que respaldan los beneficios del grounding. Estos estudios han capturado la atención tanto de profesionales de la salud como del público general. Algo tan sencillo como pasar tiempo en la naturaleza tiene estos efectos:
- Reduce la inflamación: La Tierra tiene una carga eléctrica negativa, y al hacer grounding, nuestro cuerpo puede absorber electrones libres de la Tierra. Estos electrones actúan como antioxidantes, ayudando a neutralizar los radicales libres en el cuerpo, lo que puede reducir la inflamación y el estrés oxidativo.
- Regula la presión arterial: una investigación publicada en el American Journal of Hypertension (2013) sugiere que el grounding puede tener efectos positivos en la regulación de la presión arterial y la salud cardiovascular. Esto se debe a la reducción de la viscosidad de la sangre, lo que facilita un mejor flujo sanguíneo y la entrega de oxígeno y nutrientes a las células.
- Alivia del estrés y la ansiedad: el contacto con la Tierra puede ayudar a equilibrar el sistema nervioso autónomo, promoviendo una respuesta de relajación y reduciendo el estrés. Esto se traduce en una disminución de los niveles de cortisol, la hormona del estrés y en la mejora del bienestar emocional.
- Mejora del sueño: muchas personas reportan una mejor calidad del sueño, posiblemente debido a la reducción del estrés y la ansiedad.
- Regula los ritmos circadianos: la conexión con la tierra puede ayudar a regular los ciclos naturales del cuerpo, lo que puede ser especialmente útil para aquellos con problemas de insomnio.
- Aumento de la energía: muchas personas que practican el grounding afirman sentir un aumento en sus niveles de energía y vitalidad.
- Aumento de la concentración: se ha observado que el tiempo pasado en la naturaleza mejora la atención y la concentración, ayudando a combatir la fatiga mental.
Fusión entre el grounding y shinrin-yoku
Ambas prácticas se centran en la idea de que el contacto con la naturaleza puede tener efectos positivos significativos en nuestra salud. La combinación del grounding y el shinrin-yoku resalta la importancia de la conexión con la naturaleza en nuestra vida cotidiana.
Si lo que buscas es una manera de reducir el estrés y mejorar tu bienestar, estas prácticas son herramientas accesibles y efectivas para cultivar una vida más saludable y plena. La sinergia entre ambas prácticas puede llevar a una mayor conciencia sobre el entorno y a un profundo sentido de paz y rejuvenecimiento.
¿Por qué no hacer una práctica conjunta? al caminar descalzo por el bosque, se potencia la experiencia del shinrin-yoku. La sensación de la tierra o el césped bajo los pies añade una dimensión sensorial que puede profundizar la conexión con el entorno.
Tanto el grounding como el shinrin-yoku pueden ser considerados enfoques holísticos que integran cuerpo, mente y entorno, fomentando un estilo de vida más equilibrado y saludable. Ambas prácticas se complementas y promueven la atención plena (mindfulness) que es una parte fundamental del proceso de reconexión con uno mismo.
¿Cuánto tiempo de grounding se aconseja al día o a la semana?
Muchos expertos sugieren que pasar al menos 30 minutos al día en contacto directo con la tierra puede ser beneficioso. Estas son las recomendaciones generales:
- 30 minutos diarios: Esta es una cantidad comúnmente sugerida, ya sea caminando descalzo sobre la tierra, el césped o utilizando esterillas de earthing.
- Sesiones más largas: Algunas personas optan por sesiones más largas, como 1 a 2 horas, especialmente si están buscando un efecto más profundo en la reducción del estrés o la mejora del sueño.
- Frecuencia semanal: Si no es posible hacerlo diariamente, hay quienes optan por hacer sesiones más largas pero, menos frecuentes intentando acumular al menos 2-3 horas en total.
Lo más importante es encontrar un enfoque que funcione para ti y que se adapte a tu rutina diaria. Si decides utilizar esterillas de earthing, seguir las instrucciones del fabricante también es fundamental.
Ya sabes, evita las pantallas, evita el sedentarismo y prioriza el contacto con la naturaleza con una rutina tan frecuente como sea posible.
Quiérete ∞ Cuídate